La provocación y la sensualidad femeninas tienen su nombre, Natalia Barulich, y para quienes lo duden, basta simplemente con echar una ojeada a su perfil y contemplar una de sus últimas publicaciones, de unas fotos tomadas desde el Louvre, donde presume de sus atributos, apropiándose de la icónica boina francesa, pero adecuada a su estilo propio y su gusto por coquetear con los límites de la seducción y el erotismo.